jueves, 28 de diciembre de 2017

Dice el Papa Francisco: Sin Jesús no hay Navidad

Homilías del Papa y Temas sacerdotales

El Papa denuncia la desnaturalización de la Navidad por un falso respeto a quien no es cristiano

EL VERDADERO SENTIDO DE ESTAS FIESTAS SE ENCUENTRA EN JESÚS

El Papa denuncia la desnaturalización de la Navidad por un falso respeto a quien no es cristiano

En la semana del nacimiento del Señor Jesús, y más precisamente en la Solemnidad de san Juan, Apóstol y Evangelista, el Papa Francisco dedicó su catequesis semanal al significado de la Navidad.

27/12/17 2:41 PM

(Vaticannews) En primer lugare, el Pontífice dirigió su mirada al pesebre y en particular a la liturgia de estos días, que nos hicieron volver a vivir el día del nacimiento de nuestro Salvador.

A partir de allí, y siempre con el corazón y la mente en el significado más profundo del nacimiento de Cristo, el Obispo de Roma reflexionó sobre una realidad de nuestros días, a saber, la «desnaturalización», de la Navidad:

«Dedico la catequesis de hoy a reflexionar sobre el significado de la Navidad. En nuestros días, estamos asistiendo a una especie de «desnaturalización» de la Navidad. En nombre de un falso respeto ante quien no es cristiano, muchas veces se esconde la voluntad de marginar la fe, eliminando todo tipo de referencia al nacimiento de Jesús. Sin embargo, el verdadero sentido de estas fiestas se encuentra en Jesús, es Él quien da sentido a todo lo que celebramos».

Sin Jesús no hay Navidad
Esta desnaturalización de la Navidad que, como observó el Papa, «se da particularmente en Europa», «en nombre de un falso respeto que no es cristiano», y que «a menudo esconde la voluntad de marginar la fe», hace por una parte que sí, sea una fiesta, «pero no es la Navidad», porque no está en el centro Jesús. Si en el centro está Jesús –explicó Francisco- , también todo el contexto, a saber, las luces, los sonidos, las distintas tradiciones locales, incluidos los alimentos característicos, convergen para crear la atmósfera de la fiesta.

Si recibimos a Jesús nos convertimos en don para los demás
«Nosotros, como los pastores del Evangelio, estamos llamados a buscar la verdadera luz que es Jesús, que es el don de Dios a la humanidad que se encuentra inmersa en la oscuridad de la noche. Cuando acogemos a Jesús en nuestras vidas, nos convertimos en un don para los demás».

En este mismo punto, en su catequesis en italiano, el Santo Padre profundizó en esa «luz que es Jesús», describiendo y volviendo a repasar el sorprendente modo en que nuestro Salvador se muestra al mundo: «nace de una pobre joven desconocida, que lo da a la luz en un establo, con la única ayuda del marido. El mundo no se da cuenta de nada, pero los ángeles en el cielo – que saben de esto - exultan». Así es como Jesús se presenta también a nosotros, como el don de Dios para la humanidad. Y por este motivo -explicó Francisco - nosotros los cristianos nos intercambiamos regalos, porque el verdadero don para nosotros es Jesús y, como Él, queremos ser don para los demás.

La humanidad prefiere la oscuridad
Lamentando, con otras palabras, el hecho de que aun hoy, «a menudo la humanidad prefiere la oscuridad», porque sabe «que la luz revelaría todas las acciones y pensamientos que harían enrojecer o remorder la conciencia», el Santo Padre explicó el significado de acoger el don de Dios que es Jesús, que es «volverse cada día un don gratuito para quienes se encuentran en nuestro mismo camino».

Su Santidad citó luego al gran pregonero de Jesucristo, san Pablo, en su carta a Tito, cuando escribe que la gracia salvífica de Dios se manifestó, «enseñándonos a renunciar a la impiedad y los deseos mundanos, para vivir en la vida presente con sobriedad, justicia y piedad», para subrayar que la encarnación de Cristo, nos ha abierto el camino de la vida nueva, que debe estar fundada no en el egoísmo, sino en el amor.

Con los pequeños Dios quiere construir un mundo nuevo
«Jesús viene a este mundo y los primeros destinatarios de su venida son los pequeños y despreciados, con los que establece una amistad que continúa en el tiempo. Con ellos, en cada momento, Dios desea construir un mundo nuevo en el que no haya más personas rechazadas, descartadas ni maltratadas».

El Romano Pontífice destacó asimismo un aspecto importante de la Navidad, y es que en ella podemos ver cómo la historia humana es «visitada» por la historia de Dios: «Dios involucra a aquellos que, confinados a los márgenes de la sociedad, son los primeros destinatarios de su don», dijo. Estas personas en el pesebre están representadas por los pastores de Belén: a ellos «se les apareció una gran luz» (Lc 2,9-12), que los condujo a Jesús; y «con ellos en todos los tiempos, Dios quiere construir un mundo nuevo, en el que no haya más personas rechazadas, maltratadas e indigentes». «Ellos eran los emarginados, los mal vistos, los despreciados». Y sin embargo, a ellos se les apareció primero Jesús.



miércoles, 27 de diciembre de 2017

Adeste Fideles. VILLANCICO

Homilías del Papa y Temas sacerdotales



UNO DE LOS VILLANCICOS MÁS ANTIGUO QUE SE CONOCE 
EN LA LITURGIA DE LA IGLESIA CATÓLICA



sábado, 23 de diciembre de 2017

Domingo IV Adviento. SEAMOS ÁNGELES Por Javier Leoz.

Homilías del Papa y Temas sacerdotales



SEAMOS ÁNGELES   Por Javier Leoz.

En esta jornada de hoy –día 24 de diciembre— que culminaremos con la Nochebuena, en el inmediato umbral de la Navidad, al leer el relato evangélico de este cuarto domingo de adviento, uno siente la llamada a proclamar aquello que ángel San Gabriel llevó hasta los oídos de Santa María: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”.

1.- Esta noticia es la que, en estos días, no podemos apagar ni consentir que deje de resonar como fundamento y fondo de la Navidad: ¡EL SEÑOR ESTA CONTIGO! ¡VIENE A ESTAR CONTIGO! Contigo, mundo, que te agitas en un mar de dudas. Cuando piensas que, tus problemas, son mayores que tus fuerzas para hacerle frente. ¡El Señor está contigo!
Este anuncio, sintiéndonos ángeles, mensajeros y enviados por Dios, puede ser nuestra tarea y nuestra misión dentro de la Navidad. ¿Podemos consentir que, las luces, sean más impactantes que el destello de la Luz Divina?
En nuestro empeño queda precisamente ese envío, permanente y gozoso, de anunciar al mundo que el hombre no está sólo; que Dios viene para acompañarle; que una Virgen –porque se fio y creyó- se sintió llena de una felicidad que, sólo la fe, es capaz de ofrecer.

2.- Hoy, como entonces, el Señor sabe perfectamente que no se va a encontrar con un hotel de cuatro estrellas; que tropezará con pocos o escasos colaboradores que popularicen su nacimiento. Pero ojala, el Señor, atine los corazones de algunas personas como esas sencillas cuevas en las que Dios pueda nacer y crecer de nuevo para brindar a la humanidad una puerta o una ventana por la que podamos entrar o ver un poco la salvación. ¿Seremos capaces de cruzar por esa puerta –pequeña y estrecha- que es la puerta de belén? ¿Seremos hábiles para asomarnos con la mirada de la fe y saborear y contemplar el Misterio como lo hizo María?

3.- ¡EL SEÑOR ESTA CONTIGO! Es un grito que, desde la Iglesia y desde las convicciones más profundas de todo creyente, lanzamos a una sociedad capitaneada por mil soledades; a un ser humano acosado por falsas esperanzas; a una realidad social individualista y con cierta sensación de orfandad. ¿No me digáis que el anuncio de “El Señor está contigo” no despierta en nosotros sentimientos de paz y de serenidad, de seguridad y de confianza, de tranquilidad y de fe?
Todos, en estas Navidades, podemos ser trompetas anunciadoras del gran Misterio de la Navidad o, por el contrario, sordina ante lo que celebramos. ¿Qué preferimos ser? ¿Ángeles o silenciadores de la Buena Nueva?

4.- María, ante la llegada del Señor, se entregó de lleno a la causa de Jesús. No le faltarían preocupaciones, turbaciones, dudas pero, a continuación, supo que algo grande iba a ocurrir y puso alma, cuerpo y vida, para que Dios –a través de ella y con ella- se hiciera presente en el mundo en Jesucristo.
Por eso, en este cuarto domingo de adviento, damos gracias a la Virgen, a María. Su “sí” nos sigue empujando a exclamar a los cuatro vientos que, el Señor, ya está llegando; que el Señor va a nacer; que el Señor está tan dentro de nuestras entrañas como un día lo estuvo en las de Ella. El calendario civil nos hace celebrar en pocas horas el final del adviento y el inicio de la Navidad. ¡Gracias, María! ¡Contigo y con nosotros estará el Señor!



5 ¿QUÉ SENTISTE, MARIA?
Con pocas palabras, pero en Ti  María,
habitó por el anuncio de un Ángel
el Misterio de un Dios humanado.

¿Qué  sentiste, Virgen María ante la llegada del mensajero?
¿Creíste, acaso, que ese personaje  celestial
se equivocó de puerta?
¿Pensaste que, uno de tus vecinos,
venía para probar tu fe o tu  ingenuidad?

¿Qué  sentiste María, dinos Tú que miraste al cielo,
ante la llegada del famoso  mensajero?
Tal vez, como humilde nazarena,
sentiste que Dios habla en el  silencio
Que Dios se hace grande
en el que le recibe manifestándose
esclavo, humilde…y pequeño
Tal vez, como mujer de Dios,
mirando por la ventana
de tu pobre casa de Nazaret
soñaste que, simplemente,
era una estrella que de repente
cayó desde el mismo cielo.
O, tal vez, María,
en el secreto escondido
desde hace siglos,
supiste que, contigo,
la partitura comenzaba a escucharse
que el plan comenzaba a llevarse a  cabo
que, Dios, en una más de las suyas
irrumpía ahora sin ruido, en  silencio,
sin más exigencia que tu obediencia
sin más preguntas que tu respuesta
sin más palacios que tu vientre  virginal
sin más pregoneros que un Ángel.

Ayúdanos,  María,
en medio de los ruidos que sacuden
los valles de nuestras vidas
a escuchar, como Tú lo hiciste,
la voz de un Dios que sale a nuestro  encuentro
en el rostro de un Niño nacido en  pesebre.